“El verdadero lugar del nacimiento es
aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente.”
Memorias de Adriano
Seguramente cuando“l'Éminence rouge, el impopular Cardenal Richelieu fundó la Academia Francesa
de Letras en 1634, ni siquiera sospechó que una mujer sería admitida como
miembro.
Pero en 1980 Marguerite Yourcenar, por primera vez, destruye el mito
de la escritura singularizada por el género y ocupa la silla 3 en la honorable
institución.
Y se lo había ganado, con sus “Memorias de Adriano”. Tanto el
personaje –pocos héroes como Adriano viajaron tanto- como la autora, no sólo
emprendieron un viaje visible, físico y geográfico, sino en simultáneo, un
viaje al interior del alma humana.
"Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido
aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo
estuvo el hombre" Flaubert.
(Yourcenar declaró que estas letras inspiraron
sus Memorias de Adriano)
La vida y la vasta obra de Marguerite Yourcenar están marcadas por el
motivo del “viaje”, por el movimiento continuo y el conocimiento extraído del
entorno en su doble vertiente física y espiritual. La Grecia Antigua de “Fuegos”, el
Oriente de los “Cuentos Orientales”, los Países Bálticos de “El tiro de Gracia”,
el paisaje austro-húngaro de Alexis, la Italia de Mussolini de “Denario del sueño”, la Roma Imperial de Adriano, el
Flandes del siglo XVI de “El Alquimista”. El hilo conductor que une toda su
obra es la recuperación de la memoria colectiva y la sustancia del hombre y su
pasado.
La “Historiadora-poeta y novelista” –como se definía ella misma-
Marguerite Yourcenar, seudónimo anagramático de
Marguerite
Antoinette Jeanne Marie Ghislaine de Crayencour, había nacido un 8 de junio de
1903 en Bruselas. Su madre, belga, murió poco después de dada a luz, y su
padre, un noble francés, fue su tutor, confidente, amigo y la inició en los
idiomas clásicos y la literatura. A los ocho años Marguerite ya leía libros de
filosofía, a los 10 aprendió latín y a los 12 griego. Nunca fue a la escuela, y
con sólo 16 años publicó su primera obra “El jardín de las Quimeras”.
Poseedora de un refinamiento exquisito, sus obras –siempre escritas en
idioma galo- se centran a menudo en la homosexualidad, la androginia, el poder,
lo racional versus lo irracional, el duelo entre “Eros” y “Tánatos”, la
búsqueda de la verdad universal.
"Un
hombre que lee, o que piensa, o que calcula, pertenece a la especie y no al
sexo; en sus mejores momentos, escapa incluso a lo humano"
Entre
los personajes de sus obras destacan los hombres homosexuales, y en general,
todos aquellos que deben reprimir sus pasiones por la presión de la sociedad. Y
aunque Marguerite nunca habló de su orientación sexual, tampoco la negó, y es
conocida su profunda relación con la estadounidense Grace Frick.
Para
1986 La Viajera
detuvo unos instantes su “vuelo” en Ginebra. Allí se encontraba un hombre, el
“poeta ciego” que ella tanto admiraba. Él le habló acerca del laberinto de la
vida, sacó una llave de su bolsillo, le pidió que fuera a su departamento y que
volviera para describírselo con todo detalle. Yourcenar cumplió con el pedido,
sólo que, al contarle, omitió decir que al abrir la puerta del lugar, un enorme
espejo amenazaba con su reflejo al visitante. Delicadamente, evitó a Jorge LuisBorges la posibilidad de una última pesadilla. Y él encontró la salida al
laberinto, seis días después.
Marguerite
Yourcenar seguiría viajando, saciando su “necesidad de emigrar, de sentirse en
otra parte” hasta el 17 de diciembre de 1987, donde seguramente y como Adriano,
trataría de “entrar en la muerte con los ojos abiertos”
Fuentes:
“Marguerite
Yourcenar, la invención de una vida” Josyane
Savigneau
“Cómo leer a Marguerite Yourcenar” Teófilo Sanz
“Con los ojos abiertos” Conversaciones con Marguerite Yourcenar, Matthieu
Gales.
“Las
Memorias de Adriano” M. Yourcenar- Traducción de Julio Cortázar.