"No entiendo como te fuiste...Y no entiendo porque la mitad del mundo aún esta llorando, cuando la otra mitad también sigue llorando. No lo puedo entender. Yo digo, si tuvieras un gato por un día, de verdad lo quisieras tener por 365 días ¿no? Pero no puedes, y lo tienes solo un día. Pues yo te digo que más vale que ese único día sea toda tu vida. Porque, oh bueno, puedes llorar por los otros 364 días, pero vas a perder ese único día, y eso es todo lo que tienes. Tienes que llamar a esto Amor. Eso es lo que es. Y si lo tienes hoy, ya no lo quieres mañana, porque ya no lo necesitas, porque, a decir verdad y como descubrimos a lo largo de la vida, el mañana nunca sucede. Siempre es el mismo puto día..."
Janis Joplin “Ball and
Chain”
Janis
fue mucha Janis. Tanta, que se convirtió en un símbolo de la contracultura de
los 60 y la primera mujer blanca considerada una gran estrella del Rock andRoll. Joven, contestataria y salvaje, esta diosa de la generación del “flowerpower” creó un nuevo lenguaje y luchó por ganar espacio en un escenario dominado
fundamentalmente por hombres…y abrió un nuevo horizonte para la expresión
musical femenina, hay que decirlo.
Dicen que Janis Joplin no cantaba, sangraba. Dejaba jirones de piel y alma en cada canción. Intensa y cautivadoramente loca, tenía una inimitable forma de entregarse, sentir la música e interpretarla con esa inolvidable, rasgada y potente voz.
La personalidad jamás lineal o previsible y a veces desbordada de emociones de Janis, la llevó –como muchos otros artistas de aquel tiempo- a creer aquello de "vive a tope, muere joven y deja un hermoso cadáver" y el exceso fue parte inseparable de la artista. El alcohol y las drogas acompañaron su corta carrera musical, y al igual que el genial Jimi Hendrix, Jim Morrison y BrianJones, murió en extrañas circunstancias y posiblemente por sobredosis de heroína. Era 1970 y tenía 27 años.
Janis vivió al límite, experimentó todo, fue una fiera en el escenario y una chica ruda del rock…pero también fue mujer sensible y tierna (no hay más que leer sus letras) incluso ingenua y por momentos frágil, muy frágil. ¿Se puede ser todo eso a la vez? Claro que sí.
No
quiso ser un ejemplo de vida en lo humano o lo social: "Prefiero
tener diez años de “superhypermost”
que cumplir 70 y estar sentada en un maldito sillón delante del televisor. Se
vive ahora. ¿Cómo vamos a esperar?"… eso sí, nos legó canciones inmortales.