Una mujer bella, culta, sensible, inteligente, refinada, de conversación brillante, distinguida y sensual podía ser candidata ideal para amante de Luis XV o cualquier otro monarca. Pero saber hacer uso de esas cualidades y manejar Francia desde la alcoba…ah, esa virtud la tuvieron pocas mujeres en la historia, entre ellas Madame de Pompadour.
Antes de ingresar al lecho del muy poco agraciado Luis, la Pompadour despuntaba en los salones parisinos y era ferviente defensora de Voltaire. Había nacido en 1721 como Jeanne Antoinette Poisson y estaba casada con un tal Charles Guillaume Le Normant d'Etiolles.
Su padre, un prestamista de oscuro y dudoso pasado había abandonado París por un escándalo económico y la joven, junto a su madre y hermano habían sido acogidos por un banquero que les dio una refinada educación.
Cuando Jeanne comenzó a ser presentada en sociedad, deslumbró con su belleza y erudición. Conocía a los autores de su época, dibujaba con habilidad y había tomado lecciones de canto con algunas estrellas de la Ópera de Paris.
El rey la conoció a principios de 1745, y a los pocos meses la muchacha había obtenido la separación de Charles, la residencia en Versalles, el marquesado de Pompadour y la distinción como maîtresse en titre (Amante Oficial del Rey). Tenía 24 años.
“Era vanidosa” –dicen sus biógrafos- “le gustaba cambiarse de ropa varias veces al día” pero además amaba entrañablemente el arte. Durante sus años en Versalles encargó decenas de retratos a los mejores pintores de su época. Apadrinó a Voltaire, a los escritores de la Enciclopedia, a artistas como Boucher o Pigalle y fue artífice de la creación de la fábrica de cerámica de Sévres.
Pero no creamos que todo lo logró a base de sexo. Para 1750 –cinco años después de llegar a Versalles- ya no se acostaba con el rey (¡Bien Jeanne!)
Una anécdota, que habla de su sutileza, dice que en cierta ocasión la reina María (muchacha cumplidora que ya había dado un heredero a Francia y diez vástagos más por las dudas) le pidió que cantara en una fiesta. La Pompadour aceptó y eligió el monólogo de Armida, un pasaje de la Jerusalén liberada de Torcuato Tasso, en el que la heroína seduce al guerrero Rinaldo: “EL ESTÁ BAJO MI PODER” cantó la Pompadour en las narices de la reina.
No hay precedentes de una amante real con igual ascendiente sobre el trono. Durante 20 años fue Amante Oficial de Luis XV, rey de Francia, y el único personaje carismático en el decadente Versalles, época en que las mujeres eran apenas poco más que el mobiliario decorativo.
Pero al influenciable autor de la frase “Después de mi, el diluvio”, Luis XV, todavía le quedaba cuerda para otra amante memorable, la Du Barry.
Fuente: Wikipedia
Imágenes: Internet.
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